DESCRIPCIÓN
Tamaño. — Especie de tamaño pequeño. Los machos miden un promedio de 19.4 mm (±1.4; 17.3–21.4; n = 8) y las hembras 19.5 (± 1.2; 17.2–21.2; n = 15). Los adultos más pequeños conocidos midieron 16.8 mm y los de mayor tamaño 22.4 mm (Drewry & Jones, 1976). De las otras especies de coquíes puertorriqueños el Coquí Duende, Coquí de las Hierbas, Coquí Grillo, Coquí Pitito y Coquí Martillito son más pequeños que el Coquí Dorado.
Coloración. — El color dorsal puede ser amarillo verdoso uniforme (Lám. 4.17; Rivero, 1978) o amarillo pálido (Lám. 4.18; Drewry & Jones, 1976). No existen patrones dorsales ni líneas en el dorso (Lám. 4.19; Rivero, 1978). Los datos que se resumen a continuación provienen de Drewry & Jones (1976). La coloración ventral es parecida a la dorsal, pero algo más clara y la piel sobre el abdomen es transparente, lo que hace posible que se puedan apreciar los órganos internos. La garganta y el vientre carecen de melanóforos y guanóforos; los testículos son de color gris obscuro y los ovarios son blancos. La coloración de individuos vivos se puede volver más pálida cuando son perturbados y los especímenes conservados en alcohol son de color blanco.
Morfología. — La especie se caracteriza por una constricción postcefálica (parecida a la del Coquí de Hedrick), los dos primeros dedos de las patas traseras de igual longitud (Rivero, 1978), presencia de glándulas subdermales desarrolladas en los flancos y área parotoide y ausencia de series de odontoides vomerianos (Drewry & Jones, 1976). El número diploide de cromosomas es 26 (Bogart, 1981).
Especies parecidas.— Aunque la especie comparte con el Coquí de Hedrick dos características (constricción postcefálica y el largo de los dedos de las patas traseras), se puede distinguir fácilmente de esta especie, ya que el Coquí Dorado es una especie pequeña (adultos de 16.8 a 22.4 mm) de color amarillo verdoso o amarillo pálido. Por su hábitat (bromelias), tamaño pequeño (17–21 mm) y la forma achatada de su cuerpo, se podría confundir con el Coquí Pitito y el Coquí Grillo, pero se puede distinguir de estas y otras especies de coquíes de Puerto Rico por su color, presencia de glándulas subdermales y ausencia de series de odontoides vomerianos (Drewry & Jones, 1976; Rivero, 1978; Joglar, 1981; 1989).
La especie es conocida únicamente en la Sierra de Cayey, Puerto Rico, en localidades localizadas en un radio de 10 kilómetros al sur de Cayey y también en el Bosque de Carite (Drewry & Jones, 1976; Rivero, 1978; Schwartz et al., 1978; Moreno, 1991b; Burrowes & Joglar, 1991; Joglar & Burrowes, 1996; este volumen, Capítulo 7). La distribución altitudinal es de 651 a 850 metros (Drewry & Jones, 1976; Schwartz et al., 1978; Schwartz & Henderson, 1991). Ver Mapa 4.7 para distribución de la especie.
Hábitat. — La especie se encuentra en bromelias de tres géneros (Vriesia, Hohenbergia y Guzmania), que contienen agua (Drewry & Jones, 1976). La especie ha sido encontrada en bromelias que no contienen hojarasca ni mucha materia orgánica, lo que parece indicar que prefiere este tipo de bromelia (Joglar, obs. pers.). Las bromelias habitadas por esta especie se encuentran distribuidas en grupos grandes y se hallan en el suelo, árboles o superficies verticales de farallones (Drewry & Jones, 1976). El hábitat de esta especie es algo xerofítico; es por esto que es propenso a ser afectado por fuegos (Drewry & Jones, 1976; Joglar & Burrowes, 1996; este volumen, Capítulo 7). Utiliza bromelias como refugio diurno (Joglar, obs. pers.). No conocemos ninguna referencia que documente los lugares que esta especie utiliza para llamar, aunque asumimos que lo hace desde las bromelias en donde vive. En cautiverio, prefiere bromelias a cualquier otro tipo de refugio diurno; si éstas no están disponibles, utiliza tubos de ensayo llenos de agua (Drewry, 1986).
Hábitos alimentarios. — No conocemos ninguna referencia sobre el contenido estomacal de esta especie, pero seguramente se alimenta de insectos y otros artrópodos pequeños, tal como hacen las otras especies de coquíes de Puerto Rico.
Depredadores y enemigos naturales. — No conocemos ninguna referencia sobre este tema, pero seguramente tiene los mismos depredadores y enemigos naturales que tiene el Coquí Común (ver esta sección bajo Coquí Común en el Capítulo 2).
Reproducción. — El Coquí Dorado es el único anfibio anuro en el Nuevo Mundo que es ovovivíparo. Como tal, y a diferencia de los otros coquíes, no pone huevos sino que los retiene hasta que los embriones completan su desarrollo y luego “pare” a sus hijos vivos (Drewry & Jones, 1976; Rivero, 1978). Aunque no se ha observado el amplexo en esta especie, se asume que la fecundación es interna, ya que el desarrollo es dentro de los oviductos y el número de recién nacidos es casi igual al de los huevos en los ovarios (Wake, 1978). Los huevos miden de 2.7 a 5.0 mm de diámetro (Wake, 1978). Las hembras retienen los embriones en sus oviductos y después de alrededor de 30 días paren de tres a cinco recién nacidos (Drewry & Jones, 1976; Wake, 1978) que son parecidos a los adultos pero en pequeño tamaño. Se encontraron hembras grávidas desde abril hasta agosto y, ya que se encontraron subadultos de diferentes tamaños en la misma bromelia con una hembra, es posible que la especie se reproduzca más de una vez al año (Drewry, 1976). Los embriones del Coquí Dorado se nutren de vitelo durante su desarrollo y poseen una cola o rabo vascularizado de gran tamaño, que seguramente se usa para el intercambio de gases, y un diente embrionario, que se usa para romper y abrir las membranas que lo rodean en el momento de la eclosión (Wake, 1978). Los recién nacidos miden un promedio de 6.9 mm (6.2–7.3; n = 7) y retienen gran cantidad de vitelo aún después de nacer (Wake, 1978).
Abundancia y fluctuaciones poblacionales. — Entre 1973 y 1975, la población del Coquí Dorado fue estimada entre 1,000 y 2,000 individuos (Díaz, 1984). Esto parece indicar que la especie ya se encontraba en problemas muy serios de supervivencia en el momento en que se descubrió. No existen referencias que documenten sobre sus fluctuaciones poblacionales.
Estado actual. — Se presume extinta, ya que la búsqueda exhaustiva en su hábitat durante las horas y el tiempo apropiado, a lo largo de su rango geográfico en la Isla fracasó en el intento de localizar algún individuo de la especie (Joglar & Burrowes, 1996; este volumen, Capítulo 7). No ha sido vista ni escuchada desde 1981, a pesar de que ha sido buscada por varios herpetólogos y por nuestro grupo de trabajo (Joglar & Burrowes, 1996). El Capítulo 7 incluye información adicional sobre su disminución poblacional y posible extinción.
Grado de protección actual y sugerido. — El gobierno federal la incluyó en la lista de especies amenazadas a partir del 11 de noviembre de 1977 y el gobierno estatal la consideró como amenazada a partir de 1985, cuatro años después de su desaparición. El Coquí Dorado es una de las pocas especies de Puerto Rico a la que se le ha declarado hábitat crítico, pero éste se encuentra en terrenos privados y, por consiguiente, nunca ha sido en realidad protegido o manejado. Incluso, a los que hemos intentado entrar a ese hábitat crítico para buscar y estudiar la especie, se nos ha negado el acceso al mismo. En nuestros informes escritos al Servicio de Pesca y Vida Silvestre Federal en 1992 y al Departamento de Recursos Naturales en 1993 recomendamos que la especie fuera protegida como una especie en peligro de extinción (Joglar, 1992; Joglar & Burrowes, 1993a). Ninguna de estas recomendaciones ha sido seguida. En 1993 el gobierno federal no elevó al Coquí Dorado a la categoría de especie en peligro, argumentando que la especie ya se encontraba protegida como especie amenazada (Susan Silander, comunicación personal). Ver Apéndice 4 para una lista de las gestiones que hemos realizado para proteger esta especie y el Apéndice 7.5 (en el Capítulo 7) para lista de recomendaciones.
Sistemática. — Esta especie ha sido incluida en el grupo auriculatus (Schwartz, 1969; Joglar 1981) y es representante en las Indias Occidentales del grupo unistrigatus (Joglar, 1989). Utilizando información generada por técnicas moleculares, otro investigador la incluye en el subgénero Eleutherodactylus, sección auriculatus, serie martinicensis, pero no la incluye en ningún grupo de especies (Hedges, 1989).
Historia y nomenclatura. — Los primeros ejemplares que se conocen de esta especie son unos individuos que colectaron G. Drewry, K. Jones, J. Loftus-Hills y J. Clark el 22 de mayo de 1973 a 6 kilómetros al sureste de Cayey (Drewry & Jones, 1976). Tres años más tarde en 1976, Drewry y Jones publican la descripción de la especie y la informan como nueva para la ciencia (Drewry & Jones, 1976), siendo ésta la última que se describe de las 16 especies de coquíes de Puerto Rico (Thomas & Joglar, 1996). Para otro nombre científico (sinónimo) de la especie, ver sección de Otros Comentarios. Drewry y Jones nombran la especie en honor a su amigo y colega, Jasper J. Loftus-Hills, quién colaboró con ellos cuando la descubrieron y luego murió en un accidente automovilístico en 1974, a la edad de 28 años (Drewry & Jones, 1976). El nombre común en español que utilizamos es el de Coquí Dorado. Sin embargo, existen otros nombres comunes: Ranita Dorada (Vélez, 1977) y Coquí de Jasper, Coquí Jasperi, y Coquí Ovovivíparo (Rivero, 1994). En inglés conocemos dos nombres, “Golden Coqui” (Drewry, 1986) y “Golden Coqui Frog” (IU CN-The World Conservation Union, 1993).
Otros comentarios. — El mismo grupo de bromelias en donde encontramos la especie en 1975, fueron encontradas completamente llenas de hojarasca y otra materia orgánica en nuestras visitas entre 1986 y 1994. Esto contrasta con la condición en que encontramos las bromelias en 1975, cuando no contenían tanta hojarasca u otra materia orgánica. Esto podría indicar que este tipo de hábitat ya no es apropiado para la especie. En la descripción original de la especie Drewry y Jones (1976) sugieren que el desarrollo de la ovoviviparidad es un paso evolutivo importante que justifica incluirla en otro género. En 1986, Dubois, siguiendo esta línea de pensamiento, crea un género nuevo que incluye únicamente a esta especie que, según él, se debe conocer como Ladailadne jasperi. Esta nueva combinación no ha sido ampliamente aceptada por otros científicos ya que el hecho de poseer un método de reproducción tan particular no justifica su exclusión del género Eleutherodactylus. El nombre del género Ladailadne no significa algo en particular sino que es una combinación arbitraria de letras a la cual se le ha dado una terminación femenina (Dubois, 1986).
Para más información sobre las figuras y láminas en el texto anterior refiérase a:
Joglar, R. L. 1998. Los Coquíes de Puerto Rico: Su Historia Natural y Conservación. Editorial de la Universidad de Puerto Rico, San Juan, Puerto Rico.