Tamaño. — Especie de tamaño pequeño. Los machos miden un promedio de 19.3mm (± 1.3; 17.4–22.7; n = 30) y las hembras 19.9mm (± 1.7; 15.7–23.5; n = 29). De las otras especies de coquíes puertorriqueños sólo el Coquí Duende, Coquí de las Hierbas, Coquí Grillo, Coquí Pitito y Coquí Dorado son más pequeños que el Coquí Martillito.
Coloración. — Dorso de color castaño, o castaño grisáceo, generalmente moteado con coloración más clara que el fondo (Lám. 4.23–4.25; Schmidt, 1920; 1928; Rivero, 1978). Líneas dosolaterales en forma de paréntesis invertidos [)(] presentes (Lám. 4.24-4.25; Rivero, 1978; Joglar, 1981). Línea o banda interorbital generalmente presente (Lam.4.24; Schmidt, 1920; 1928; Joglar, 1981). El vientre generalmente tiene puntos obscuros en fondo claro.
Morfología. — Los ojos son grandes y protuberantes (Rivero, 1978) y de las otras especies de la Isla sólo el Coquí Caoba, Coquí Guajón, Coquí de Eneida y Coquí Churí tienen los ojos más grandes en relación al tamaño del cuerpo (Joglar, 1981). Su canthus rostralis (ángulo a los lados del hocico) es indistinto y redondeado (Rivero, 1978) aunque también ha sido descrito como cóncavo en su dimensión longitudinal (Joglar, 1981). El dorso generalmente tiene verrugas y el abdomen es granular (Joglar, 1981). Los discos digitales son grandes y desarrollados (Schmidt, 1920; 1928; Joglar, 1981; Schwartz & Henderson, 1991). De las especies de Puerto Rico, el Coquí Guajón, el Coquí de Hedrick, el Coquí de Eneida, el Coquí de la Montaña y el Coquí Palmeado tienen los discos digitales más grandes (en comparación con el largo de sus cuerpos) que el Coquí Martillo y no es coincidencia que estas especies sean más arbóreas o más trepadoras. Las restantes nueve especies tienen los discos digitales más pequeños que el Coquí Martillito y, con excepción del Coquí Grillo y el Coquí Dorado, son más terrestres y/o menos trepadoras. El número diploide de cromosomas es 26 (Fig. 4.14; Drewry, 1970; Bogart, 1981).
Especies parecidas. — El Coquí Martillito podría confundirse con el Coquí Pitito, Coquí Grillo, Coquí de Eneida y con juveniles del Coquí Común. El tamaño y la forma del canthus rostralis pueden distinguir al Coquí Martillito del Coquí Grillo y del Coquí Pitito. Para más detalles, ver Especies Parecidas bajo Coquí Grillo, Coquí de Eneida y Coquí Común.
En el pasado la especie era conocida de las siguientes localidades en el este de Puerto Rico: (1) El Yunque, (2) montañas del sureste al este de la carretera entre Cayey y Salinas, (3) al oeste de Sierra Pandura (Rivero & Mayorga, 1963) y (4) al este del bosque de Carite (Mapa 4.9; Schwartz & Thomas, 1975). En el presente existen algunas poblaciones aisladas en la región de El Yunque y, al menos una población en el Bosque de Carite. Por error la especie ha sido informada de Toro Negro y de Isla Verde (Schwartz & Thomas, 1975; Schwartz & Henderson, 1988; 1991) pero los ejemplares utilizados para hacer esto corresponden a otra especie. Ver sección de Otros comentarios bajo esta especie.
Hábitat. — Se encuentra en montaña, a elevaciones sobre 370 metros en bosque húmedo de hoja ancha (Schwartz & Henderson, 1991), y en bosque enano sobre 700 metros sobre el nivel del mar (Drewry & Rand, 1983). Está restringido a los bordes del bosque espeso (Drewry, 1970). La especie es más abundante en áreas abiertas dentro y en la periferia del bosque (Schwartz, 1969). Durante el día se esconde debajo de hojarasca, troncos (Rivero & Mayorga, 1963), raíces y basura en el suelo (Schwartz & Henderson, 1991). Los machos suelen cantar en helechos desde el nivel del suelo hasta 1.5 metros de altura (Drewry & Rand, 1983) o sobre vegetación o arbustos bajos (Rivero & Mayorga, 1963). En el Bosque de Carite (Guavate) encontramos machos cantando sobre hojas horizontales de arbustos a una altura promedio de 0.67 metros sobre el suelo (± 0.36; 0.22–1.27; n = 6). En esa misma localidad y en el mismo tipo de hábitat, encontramos una hembra a 1.2 metros del suelo. No conocemos qué tipo de hábitat utiliza para anidar.
Hábitos alimentarios. — Lavigne y Drewry (1970) estudiaron los hábitos alimentarios de esta especie y a continuación se resumen sus hallazgos. Al igual que en otras especies de coquíes las hembras y los juveniles tienden a alimentarse más temprano en la noche que los machos y los machos que cantan no se alimentan o se alimentan menos. Un estudio de contenido estomacal de machos y hembras reveló que se alimentan de una gran variedad de insectos (colémbolos, ortópteros, psocópteros, coleópteros, dípteros, himenópteros, y lepidópteros) y de arañas y ácaros. Los juveniles se alimentan de acarinos, colémbolos, coleópteros, dípteros, e himenópteros. Las presas que ingirió una hembra estudiada provenían del suelo mientras que las que ingirieron tres machos eran principalmente del suelo y una pequeña cantidad de la vegetación.
Depredadores y enemigos naturales. — No conocemos ninguna referencia sobre este tema, pero seguramente tiene los mismos depredadores y enemigos naturales que el Coquí Común (Ver esta sección bajo Coquí Común en el Capítulo 2).
Reproducción y juveniles. — No conocemos de ninguna referencia sobre este tema. Al examinar hembras grávidas en la colección de Albert Schwartz encontramos la siguiente información. Estas fueron colectadas en diferentes épocas del año (junio y septiembre) así que es posible que la especie se reproduzca todo el año, tal como hacen otras especies de coquíes de Puerto Rico. El promedio de huevos encontrados en los oviductos de las hembras (y posiblemente el número de huevos por camada) fue 7.5 (± 1.9; 6–10; n = 4). El diámetro de los huevos fue 2.3 mm (± 0.2; 2.0–2.8; n = 22). Las hembras grávidas examinadas midieron un promedio de 24.6 mm (± 3.2; 21.8–28.9; n = 4). Los machos encontrados cantando en el Bosque de Carite (Guavate) midieron un promedio de 22.6 milímetros (± 0.71; 21.4–23.5; n = 6). Dos hembras grávidas fueron encontradas en esa localidad en marzo y octubre y estas midieron 28.5 y 26.6 mm ( = 27.5).
Abundancia y fluctuaciones poblacionales. — Nuestras grabaciones de 1977 documentan que la especie era abundante en el área de Monte Britton, en El Yunque. El número de ejemplares colectados y depositados en las colecciones y museos estudiados parecen indicar que en el pasado la especie era también abundante en otras localidades donde se encontraba. En el presente no contamos con datos o referencias que documenten las fluctuaciones poblacionales de la especie.
Estado actual. — Los datos con que contamos indican que la especie es mucho menos abundante en el presente que lo que era en el pasado. En el tiempo que llevamos trabajando en El Yunque (1986–1998) hemos observado que al menos dos de sus poblaciones se han extinguido ante nuestros ojos. Una población que existía en la carretera 191 de El Yunque se extinguió como resultado de un derrumbe asociado al Huracán Hugo en 1989. La población que existía cerca de nuestra área de trabajo en Monte Britton y que era abundante en 1977, fue escuchada por última vez en julio de 1990. Ninguna de estas dos áreas han vuelto a ser recolonizadas por la especie (Ver Capítulo 7, sección Otros coquíes cuyas poblaciones están disminuyendo). En el presente conocemos sólo cinco poblaciones de esta especie. Cuatro de ellas se encuentran en El Yunque y una en el Bosque de Carite. Estas cinco poblaciones se encuentran aisladas y es muy probable que no haya flujo génico entre ellas. El número estimado de individuos en estas poblaciones es extremadamente pequeño, menor de 250 individuos en total. Dos poblaciones tienen alrededor de 20 individuos cada una, dos poblaciones tienen más de 20, pero menos de 50 y una población tiene más de 50, pero menos de 100. Si no existen otras poblaciones en otras localidades, la especie confronta serios problemas de supervivencia. De continuar la tendencia de disminución poblacional que hemos observado en esta y otras especies, no nos sorprendería que la misma se extinga en un futuro cercano.
Grado de protección actual y sugerido. — En el presente la especie no cuenta con ningún tipo de protección estatal o federal. En varias ocasiones le hemos recomendado al Departamento de Recursos Naturales y Ambientales de Puerto Rico (DRNA) y al Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre (SFPVS) que el Coquí Martillito sea declarado especie vulnerable y que se declare y se proteja a El Yunque (Bosque Experimental de Luquillo) y al Bosque de Carite como hábitat crítico de la especie (Joglar, 1992; Joglar & Burrowes, 1993b). Ver el Apéndice 4 para el detalle de nuestras comunicaciones y gestiones para intentar proteger esta y otras especies. Todas estas recomendaciones hechas a las agencias de protección de especies, a nivel de gobierno estatal y federal, han sido ignoradas y hasta el presente no se ha tomado ninguna medida para implementarlas. Nuestros estudios indican que esta es una especie que confronta serios problemas de supervivencia. Es por esto que sería sabio y prudente declarar y proteger al Coquí Martillito como especie en peligro de extinción y declarar y proteger activamente el Bosque Experimental de Luquillo (El Yunque) y el Bosque de Carite como su hábitat crítico.
Sistemática. — Ver esta sección bajo el Coquí Común en el Capítulo 2.
Historia y nomenclatura. — Los primeros ejemplares que se conocen de esta especie fueron colectados en El Yunque por Karl P. Schmidt el 30 de septiembre de 1919 (Schmidt, 1920). El primero de estos ejemplares fue encontrado a una elevación aproximada de 396 metros, y los otros tres a 1,066 metros (Schmidt, 1928). El 8 de septiembre de 1920 Schmidt publica la descripción de la especie y la informa como nueva para la ciencia. Él basa la descripción del Coquí Martillito en un sólo ejemplar, el individuo que encontró a 396 metros en El Yunque. Utilizando los otros tres ejemplares (los de la elevación de 1,066 metros en El Yunque) Schmidt describe otra especie nueva para la ciencia y la llama Eleutherodactylus cramptoni. El herpetólogo norteamericano no se pudo percatar de que los cuatro ejemplares correspondían a la misma especie y que todos eran Coquí Martillito. El nombre científico E. cramptoni pasó a ser un sinónimo de E. locustus (Coquí Martillito) (Schwartz & Thomas, 1975). El Coquí Martillito es la quinta especie que se describe de las 16 especies de coquíes de Puerto Rico (Thomas & Joglar, 1996). Cuando Schmidt escuchó por primera vez la llamada del Coquí Martillito pensó que el sonido había sido producido por un grillo o saltamontes (Schmidt, 1920). Es por esta razón que al describir la especie utiliza la palabra del latín locustus, que en español significa saltamontes. El nombre común que utilizamos para referirnos a la especie es Coquí Martillito, que es el que utiliza Rivero en su libro Los Anfibios y Reptilies de Puerto Rico (Rivero, 1978). Conocemos otros nombres comunes: en español, Rana Locusta, y en inglés “Locust Coqui” (Vélez, 1977). En 1928, cuando Schmidt publica como parte del inventario científico los anfibios y reptiles terrestres de Puerto Rico, documenta que en esa época no existía un nombre común para la especie (Schmidt, 1928).
Otros comentarios. — Los ejemplares depositados ahora en el Museo de Historia Natural de la Universidad de Kansas KU 282084–87 y KU 282140–43 fueron utilizados para documentar que el Coquí Martillito se encontraba en Toro Negro y en Isla Verde. Sin embargo, estos ejemplares han sido estudiados recientemente y corresponden a individuos del Coquí Común.
Para más información sobre las figuras y láminas en el texto anterior refiérase a:
Joglar, R. L. 1998. Los Coquíes de Puerto Rico: Su Historia Natural y Conservación. Editorial de la Universidad de Puerto Rico, San Juan, Puerto Rico.