Tres especies de coquí en peligro de extinción son criadas en cautiverio, en un esfuerzo por evitar que desaparezcan para siempre, tal y como ocurrió con otras tres especies: el coquí Palmeado, Dorado y Eneida.
El doctor Rafael Joglar Jusino, profesor del Departamento de Biología de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Río Piedras, dijo que de las 17 especies de coquí que había en Puerto Rico quedan 14, y muchas de ellas están en riesgo de extinguirse.
Joglar Jusino dijo que hay varios factores para la reducción en las poblaciones de coquí, entre ellas la deforestación, el cambio en el clima debido al calentamiento global y un hongo que ataca la piel de los anfibios en Puerto Rico y el resto del mundo, el Batrachochytrium dendrobatidis.
Tres especies extintas
El Palmeado o Eleutherodactylus karlschmidti fue la primera especie de coquí en desaparecer, para la década de los 70. Era “un coquí gigante”, las hembras medían casi 6 pulgadas, relató Joglar Jusino. El hábitat de este coquí estaba entre Maricao y Mayagüez.
Mientras que el coquí Dorado o Eleutherodactylus jasperi se extinguió aproximadamente en el año 1981. Su hábitat era en la Sierra de Cayey.
El Dorado se diferenciaba de las otras especies de coquí porque las hembras no ponían huevos, sino que los retenían en los oviductos y una vez desarrollados “básicamente parían a sus bebés ya formados”, explicó Joglar Jusino.
La otra especie de coquí que se extinguió fue el Eneida o Eleutherodactylus eneidae, que desapareció en la década de los 90. El hábitat de este anfibio era en los bosques de Toro Negro y El Yunque.
“Ninguna de esas especies han sido vistas o escuchadas” por décadas, afirma el experto en anfibios y reptiles (herpetólogo). “Las perdimos para siempre”, lamenta el investigador, y añade que le “preocupan otras especies, que están a punto de perderse”.
Martillito, Caoba y de la Montaña
Las especies más amenazadas de extinción están en las regiones montañosas más altas en Puerto Rico, dijo Joglar Jusino.
Estas tres especies son: el coquí Martillito o Eleutherodactylus locustus; el coquí Caoba o Eleutherodactylus richmondi y el coquí de la Montaña o Eleutherodactylus portoricensis.
Hace décadas el coquí Caoba era relativamente abundante en muchas partes de Puerto Rico, pero esa especie ha ido disminuyendo a través de los años. “Cada vez es más difícil encontrarla”, sostiene Joglar Jusino.
El coquí Martillito está “disminuyendo considerablemente… está más amenazado porque se encuentra únicamente en el este de Puerto Rico, no existió en otras partes de la Isla”, sólo en los bosques del Yunque, Carite y Guavate, sostuvo el profesor de la UPR.
Mientras que el coquí de la Montaña, una de las dos especies que dicen coquí al cantar, “está disminuyendo dramáticamente”.
Estaba en el área de la Cordillera Central, en pueblos como Maricao, Adjuntas y Barranquitas, así como en los bosques de Toro Negro, Carite, Guavate y el Yunque.
“Las poblaciones del oeste y centro desaparecieron. Queda en los bosques de Carite y el Yunque”, señala Joglar Jusino.
Reproducción en cautiverio
“Hemos empezado a reproducirlas en cautiverio. Eso son medidas desesperadas”, afirma el investigador, quien explica que “hace 10 años jamás hubiera considerado sacar esas especies de la naturaleza y meterlas en una pecera y reproducirlas”.
“El Caoba y el Martillito, nos vimos obligados a traerlos aquí a la Universidad de Puerto Rico y reproducirlas en cautiverio”, dijo el profesor universitario.
“También se está haciendo con el coquí de Mona, que se está reproduciendo en un zoológico en San Antonio, Texas”, afirmó el herpetólogo. Añadió que el hongo Batrachochytrium dendrobatidis llegó a Mona.
“Es importantísimo tener una segunda población del coquí de Mona en otra parte del planeta Tierra, que podamos usar pare comenzar nuevamente la especie en su vida natural”, si llegara a desaparecer de esa isla.
“Con muy limitados recursos estamos reproduciendo estas especies en cautiverio”, destacó el investigador.
En cuanto a los esfuerzos de conservación del coquí en Puerto Rico, Joglar Jusino dijo que “han sido muy tímidos”, por parte de las agencias de gobierno estatales y federales. No obstante, destacó que en esas agencias hay gente “muy buena y comprometida, pero no hay recursos económicos para proteger al coquí, nunca ha sido prioridad”, concluyó.