El Coquí de Mona (Eleutherodactylus monensis). Un tesoro del Caribe

Rafael L. Joglar y Jennifer Stabile
1Universidad de Puerto Rico en Río Piedras
Albuquerque BioPark

En el corazón del Caribe, 66 km (41 mi) al oeste de Puerto Rico y 61 km (38 mi) al este de la República Dominicana se encuentra una pequeña joya conocida como Mona. Mona, o la Isla de Mona, es considerada por algunos como la Galápagos del Caribe. Ya que es una reserva natural no posee una población permanente de habitantes, sino que guarda parques y biólogos se encargan de orientar a los visitantes y en participar en proyectos de investigación. Rica en historia, así como en biodiversidad, grandes iguanas (Cyclura stejnegeri) merodean por la isla que una vez fue parada principal de piratas y corsarios. El Canal de la Mona, son las aguas que rodean la isla, y que conectan el Océano Atlántico con el Mar Caribe. Este tramo de 129 km (80 millas) de mar es uno de los pasajes más peligrosos en el Caribe, debido a sus aguas profundas y variables corrientes de mar.

Nuestro barco salió de Boquerón (en suroeste de Puerto Rico) a las 5:00 AM, transportando equipo y nuestro grupo de investigación herpetológica. La Isla de Mona pertenece a Puerto Rico, y es manejado por el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) quien emite una pequeña cantidad de permisos para visitar y trabajar en la isla. Debido a su lejanía, Mona es la isla más aislada del archipiélago de Puerto Rico por lo que es biogeográficamente única. A media mañana, grandes acantilados de piedra caliza y hermosas playas de arena blanca con palmeras son avistadas. A medida que nos acercamos más, profundas cuevas comienzan a tomar forma en los acantilados de esta isla de 11 x 7 km (7 x 4 millas) con forma del riñón. Ecológicamente es un bosque seco subtropical, rico en biodiversidad y en endemismo, incluyendo la Iguana de Mona (Cyclura stejnegeri), la Salamanquita de Mona (Sphaerodactylus monensis), la Siguana de Mona (Ameiva alboguttata), y el Lagartijo de Mona (Anolis monensis) sólo por mencionar cuatro de las nueves especies endémicas de su herpetofauna. Al entrar en las cuevas encontramos huellas de la historia de Mona, tales como pictografías de origen Taino o pretaino. Los taínos, descendientes de los arahuacos, se asentaron en la Mona durante la época precolombina. Fueron ellos lo que le dieron a la isla su nombre original, en honor a un cacique o jefe taíno, Amona. Procedimos a estudiar los transectos previamente establecidos por nuestro equipo de investigación, tomando datos de temperatura, humedad y niveles de pH. A medida que el sol comienza a ponerse en Mona, las verdaderas joyas de la isla se hacen sentir. Podemos escuchar sonidos parecidos a gotas de agua cayendo en el interior de las cuevas … pero no es agua lo que suena. Estos sonidos son producidos por el único anfibio que se encuentran en la isla, el Coquí de Mona (Eleutherodactylus monensis). Esta al igual que las otras 16 especies de ranas en Puerto Rico del género Eleutherodactylus se caracterizan por tener desarrollo directo, lo que significa que se transforman directamente en coquíes en miniatura, sin pasar por una etapa de renacuajo. Todas estas ranas ponen sus huevos en condiciones terrestres y la mayoría de ellas en vegetación o bajo la hojarasca.

El Coquí de Mona es endémico a la Isla de Mona y poco se sabe de su estado poblacional actual. La UICN lo considera una especie vulnerable debido a que su área de distribución es restringida y a los efectos de los depredadores introducidos en la isla. Además de su pequeña área de distribución de sólo 57 km2 (22 millas cuadradas) a nuestro grupo de investigación le preocupa también la quitridiomicosis (Bd) que ya está presente en Mona, la alteración de su hábitat y el cambio climático. Si a esto añadimos la situación de los anfibios del Caribe con el 87% de las especies amenazadas y la situación de los anfibios de Puerto Rico en donde han desaparecido tres especies y muchas otras confrontan serios problemas de supervivencia, tenemos en nuestras manos una situación muy delicada. Es por esto que hemos decidido comenzar un programa de reproducción en cautiverio con el Coquí de Mona. Los objetivos de este programa son (1) establecer poblaciones en cautiverio para garantizar su supervivencia en caso de que algo ocurra en la naturaleza, (2) aprender sobre su biología reproductiva y (3) aumentar el conocimiento del público sobre la crisis de los anfibios. Después de una semana de fuerte trabajo nuestra aventura en Mona termina exitosamente al capturar y transportar cinco parejas (cinco machos y cinco hembras) del Coquí de Mona al Albuquerque BioPark en Nuevo Méjico para iniciar nuestro programa de reproducción en cautiverio.

The Mona Coqui (Eleutherodactylus monensis). A treasure of the Caribbean

Rafael L. Joglar and Jennifer Stabile
1University of Puerto Rico in Río Piedras
Albuquerque Biopark

In the heart of the Caribbean, 66 km (41 mi) west of Puerto Rico and 61 km (38 mi) east of the Dominican Republic lies a small jewel known as Mona. Mona, or Mona Island is considered by some the Galapagos of the Caribbean. Since it is a natural reserve it does not have permanent residents, but park rangers and biologists are responsible for guiding visitors and participating in research projects. Rich in history and biodiversity, large iguanas (Cyclura stejnegeri) roam the island the was once the main destination of pirates and privateers. The Mona Passage, the waters surrounding the island, connects the Atlantic Ocean with the Caribbean Sea. This 129 km (80 miles) stretch of sea is one of the most dangerous passages in the Caribbean, due to deep water and variable tide currents.

Our boat left Boquerón (southwestern Puerto Rico) at 5:00 AM, transporting equipment and our herpetological research group. Mona Island belongs Puerto Rico, and is managed by the Department of Natural and Environmental Resources (DNER) which issues a small number of permits to visit and work on the island. Because of its remoteness, Mona is the most isolated island in the archipelago of Puerto Rico and it is biogeographically unique. By midmorning, large limestone cliffs and beautiful white sandy beaches with swaying palm trees came into view. As we approach closer, deep caves began to take shape in the sea cliffs of this 11 x 7 km (7 x 4 mi) kidney shaped island. Ecologically it is a subtropical dry forest, rich in biodiversity and endemism, including the Mona Iguana (Cyclura stejnegeri), the Mona Gecko (Sphaerodactylus monensis), the Mona Teiid Lizard (Ameiva alboguttata) and the Mona Anole (Anolis monensis ) just to name four of the nine endemic species of its herpetofauna. As we enter the caves we encounter traces of history, such as pictographs of Taino or pretaino origin. The Taino, descendants of the Arawaks, settled in Mona pre-Columbian times. They gave the island its original name after a Taino Cacique, or chief, Amona.We proceeded to monitor the transects previously established by our research team, taking data on temperature, moisture and pH levels. As the sun is beginning to set on Mona, the real gems of the island make themselves noticeable. We can hear sounds of dripping water filling the caves… only it is not the water. These sounds are produced by the only amphibian found on the island, the Mona Coquí (Eleutherodactylus monensis). This one just like the other 16 species of Puerto Rican frogs of the genus Eleutherodactylus is characterized by direct development, which means that they metamorphose directly into miniature coquis without going through a tadpole stage. These frogs lay their eggs on terrestrial conditions and most of them on vegetation or under fallen leaves.

Mona El Coqui is endemic to Mona Island and little is known of their current population status. IUCN considered a vulnerable species because its range is restricted and the effects of introduced predators on the island. In addition to its small range of only 57 km2 (22 square miles) to our research group is also concerned chytridiomycosis (Bd) already present in Mona, alteration of habitat and climate change. If we add the status of amphibians in the Caribbean with 87% of threatened species and the status of amphibians in Puerto Rico where three species have disappeared and many face serious problems of survival, we have in our hands a very delicate. That is why we decided to start a captive breeding program with the Mona Coqui. The objectives of this program are (1) establish captive populations to ensure survival in case something happens in nature, (2) learn about their reproductive biology and (3) increase public awareness about the amphibian crisis . After a week of hard work our adventure in Mona ends unsuccessfully to capture and transport five couples (five males and five females) of Mona Coqui Biopark to Albuquerque in New Mexico to start our captive breeding program.